Langdon Winner y la Teoría de la Compatibilidad

Langdon Winner, además de todo lo que dice la wikipedia sobre él, es un tipo afable y hablador, con un lenguaje culto pero directo y cristalino, con unas ideas muy claras y una tremenda capacidad para transmitirlas. Hace poco tuve la oportunidad de compartir unas horas con él y a continuación escribo algunas de mis impresiones.

Un modo de entender la actividad humana en un momento histórico o ámbito geográfico determinados es verla como condicionada por dos esferas, la política y la tecnológica. Las decisiones, ideas, motivos, expectativas, certezas, productos y costumbres de una sociedad responden a su organización del poder y se sustancian en la naturaleza de las herramientas de que dispone para modificar su entorno.

A la esfera política pertenecen las organizaciones sociales e institucionales, las elecciones, los parlamentos, las movilizaciones y en general las actividades o sistemas orientados a defender, cuestionar o modificar el reparto del poder. En la tecnológica, además de los instrumentos, máquinas, hardware y software encontramos los sistemas y actividades dedicadas a crear, mantener y operar esta tecnología.

Para Winner estas esferas no son meros contextos sino fuerzas poderosas que influyen entre sí. El ejemplo obvio de un partido político que utiliza las tecnologías de la información para transmitir su mensaje cobra interés si consideramos que el propio mensaje está condicionado por la naturaleza de esas tecnologías. En efecto, el coste de una campaña electoral se sufraga en gran parte con el dinero de las corporaciones dueñas de la tecnología que permite no sólo difundir el programa electoral, sino también cumplirlo.

Otros ejemplos de interacción de ambas esferas son los fondos públicos destinados a la investigación tecnológica, el desarrollo de tecnología militar, las leyes de protección de patentes y seguridad nuclear o más recientemente el uso de tecnologías de la información para el activismo.

En este sentido cabe preguntarse si estas dos fuerzas pueden coexistir siendo contrarias en naturaleza o si, eventualmente, una provocaría un cambio en la otra. ¿Puede una política de carácter abierto y liberal convivir con una tecnología cerrada, jerárquica y autoritaria (o viceversa)? Para Winner la tensión entre ambas esferas sería inestable y tarde o temprano una arrastraría a la otra… ¿Pero cuál?

Nuestra relación con la tecnología es de carácter urgente e irrenunciable (conseguirla es una obligación y una vez conquistada renunciar a ella es impensable) mientras que con la política es aplazable, aspiracional y basada en consideraciones de lo deseable o lo conveniente por encima de lo acuciante. Es lógico pensar entonces que una sociedad políticamente abierta con una esfera tecnológica cerrada tendería a verse transformada por la presión de su tecnosfera, salvo que en su politosfera se produjesen esfuerzos considerables para contrarrestarla.

Como ejemplo de esta presión Winner cita la situación política actual de las ex-repúblicas soviéticas. El colapso de la Unión Soviética supuso una separación de las esferas política y tecnológica de la URRSS antes coincidentes en su carácter autoritario y centralista. La nueva esfera política abierta y democrática podría estar deteriorándose por la tensión con una tecnosfera heredada.

Desde este punto de vista, nuestra sociedad estaría abocada a procesos políticos involutivos. La política, dependiente de la tecnología, mutaría lentamente para adaptarse a ella y cada nuevo avance tecnológico «liberador» acabaría en manos de los actores más poderosos, que lo usarían para aumentar su hegemonía alimentando un ciclo tristemente patente en la radio y la televisión (ver Tim Wu – The Master Switch).

La tecnología sin embargo no es inapelable. Existe la posibilidad de cambiarla de modo que se adapte a nuestra visión política. Winner llama a esto «Teoría de la compatibilidad» y alejándose del puro determinismo tecnológico pone en valor las influencias mutuas entre tecnología y política resaltando la capacidad de las sociedades liberales para crear y mantener tecnologías alineadas con su pensamiento.

Las aspiraciones no mercantilistas de parte de la sociedad en lo que respecta a la producción cultural y de información, la colaboración y la asociación han encontrado en internet el marco ideal para su desarrollo al tiempo que las tecnologías cada vez más ubícuas y accesibles han permitido a millones de personas producir y colaborar en asociaciones esporádicas en torno a intereses comunes.

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