La tecnología debe estar al servicio de las personas, adaptarse a ellas y ofrecer facilidades para su vida diaria, no complicarla.
Con esa idea salió de nuestro “laboratorio” el proyecto Navimad (Navidad en Madrid). Una página web que se convierte en aplicación si se navega desde móviles y que facilita exprimir la Navidad a las familias que visiten o vivan en Madrid, acercando las posibilidades que ofrece la ciudad de forma rápida y directa a las manos de quienes preguntan ¿qué podría hacer hoy?
Desarrollar páginas web o aplicaciones para dispositivos móviles, o híbrido como en este caso una web-app, requiere conocimientos técnicos de programación, de diseño, definición y planteamiento de estrategia, evaluación de usabilidad… Un sin fin de vicisitudes que nunca deben trascender al usuario final, aunque sí llegar su resultado. Las personas que hagan uso de estos servicios deben poder acceder a lo que buscan en ellos sin necesitar un cursillo de iniciación. No hay necesidad y no es el objetivo.
Años rodeados de tecnología han hecho que ésta pase de ser solamente útil a deber ser usable (tuitea esta frase). En cada proyecto que afronto, lo natural en cada fase de diseño y desarrollo es preguntarme ¿qué esperará encontrar aquí el usuario? ¿y luego, qué va a querer hacer? ¿dónde lo buscará?… Éstas y muchas otras son cuestiones imprescindibles de cara a la experiencia del usuario y que supondrá que un servicio sirva de ayuda o que por el contrario, necesite ayuda para ser usado.
No lo olvidemos, la finalidad son las personas.